Tras décadas de guerra civil, la casa de Lancaster acaba de ser derrocada y la corona cae en manos de la casa de York. Eduardo IV vive y es rey. Pero Ricardo, su hermano pequeño —un hombre lisiado, corrupto y sin escrúpulos—, se aburre en palacio. Los tiempos de paz le fastidian por lo que decide poner en marcha la máquina del poder, el mecanismo que debe arrastrarle a lo más alto. Ricardo embauca y miente a la corte, se enfrenta a su propia familia, seduce, medra, conspira contra sus enemigos, dejando a sus espaldas una pila de cadáveres y una ascensión infame, sin retorno posible, que le llevará a conseguir lo que tanto ambiciona.
Ricardo III es una obra plagada de envidias, corrupción de uno y otro color, luchas de poder, codicia, injusticia, fake news, engaños políticos, intereses partidistas… Lo que viene siendo un día normal en la vida pública española del siglo XXI.